Para muchos tucumanos, el recuerdo de Chespirito no es sólo televisivo. Tiene cuerpo y presencia. Porque Roberto Gómez Bolaños no sólo fue parte de nuestras infancias, sino que también fue parte de nuestra historia local.
En diciembre de 1980, aterrizó en el aeropuerto “Benjamín Matienzo” junto con todo su elenco. Fue un 4 de diciembre cuando “El Chavo”, “El Profesor Jirafales”, “Ñoño”, entre otros se presentaron en la cancha de Atlético Tucumán. La crónica de LA GACETA del día siguiente narró una escena inolvidable: Edgar Vivar fue el primero en bajar del avión; Rubén Aguirre, el segundo.
Cientos de fanáticos corrieron a recibirlos. Y ese mismo entusiasmo se trasladó al estadio, donde los mexicanos ofrecieron un show cargado de emoción. Al día siguiente, “El Chavo” se despegó de la pantalla para estar más cerca que nunca: visitó el Hospital de Niños.
Florinda Meza rompió el silencio sobre la bioserie de Chespirito: qué le molestó y qué no quiere verLa foto, rescatada por Jorge Olmos Sgrosso del Archivo de LA GACETA, es pura memoria colectiva. Siete años después, en diciembre de 1987, el elenco regresó a la provincia. Esta vez actuaron en la cancha de Central Norte. Ya no estaban Vivar ni María Antonieta de las Nieves, pero el fervor del público fue el mismo.
Nueva serie sobre Chespirito: de qué trata y qué partes podrían estar exageradas“Chespirito: sin querer queriendo” no recrea sus programas, sino que ofrece una mirada íntima a su creador. Esta serie fue creada por Roberto Gómez Fernández, hijo de ‘Chespirito’, con Pablo Cruz Guerrero en el rol principal y dirigida por David “Leche” Ruiz. Aunque algunos nombres fueron modificados, el espíritu sigue intacto. Y en Tucumán, ese espíritu tiene memoria: lo vimos en nuestras canchas, en el aeropuerto y en el Hospital de Niños, haciendo reír sin querer queriendo.